Hoy, la prueba de uno de los SUV más vendidos en España, el Toyota C-HR, con el motor 1.8 125H de acceso a la gama y acabado Advance.
Por fuera
Nada más empezar, la mayor virtud de este coche: su estética. Y si está siendo todo un éxito de ventas es precisamente porque entra por los ojos. Hace unos años Toyota hacía coches que estaban bien pero que no decían nada al verlos (los anteriores Yaris, Auris, Avensis o el Rav4), y con el lanzamiento de este nuevo modelo decidió cambiar de rumbo y jugárselo todo a una línea impactante, ¡y vaya si le salió bien la jugada! A pesar de ser un modelo con muchas líneas de diseño y muchos detalles, todo funciona y tiene sentido, lo que hace una estética muy agradable y que no recuerda a ningún otro modelo del mercado.
Tengo que matizar que esta unidad es anterior al restyling que recibió a finales del año pasado, pero las impresiones son totalmente válidas puesto que los únicos cambios son unos paragolpes ligeramente diferentes en los extremos, los faros que ahora son led de serie, y ligeros cambios también en los pilotos traseros (además de algunos colores nuevos para elegir, y algunos cambios en el interior).
El morro es alto y poderoso, como buen SUV, y con unos grandes faros que ocupan casi todo el frontal y se estiran hasta casi alcanzar el pilar A. En el lateral, el recurso de "esconder" el tirador de puerta trasero en el pilar C junto al techo descendente y a la línea que se une con la ventanilla trasera hacen un efecto visual de coupé muy agradable. Las líneas de tensión laterales hacen que parezca más pequeño y deportivo de lo que es, y una trasera muy bien resuelta ayuda a redondear un conjunto que estéticamente destaca entre los demás modelos. Además, su altura es bastante reducida para ser un SUV (y su altura libre al suelo también, así que no mejora a los turismos en este sentido), lo que ayuda a que el coche parezca más dinámico.
Por dentro
Si por fuera en Toyota "lo han dado todo", por dentro también han intentado darle un diseño diferente (utilizando un diseño en forma de diamantes en muchos lugares, como en el techo), aunque algunos detalles siguen siendo mejorables. La pantalla central está situada en una posición ideal, bien elevada, pero intenta estar medio integrada al salpicadero con un gran borde que hace una forma extraña (y que además cede ligeramente cuando hacemos presión sobre él), y su funcionamiento es bastante pobre a lo que tampoco ayudan los botones táctiles que tiene a ambos lados (en la nueva versión lleva botones físicos y el software es diferente, menos mal). Por suerte, los mandos del climatizador son físicos y están separados de la pantalla (¡bieeen!), pero toda esta zona central (y la del cambio de marchas) está recubierta del famoso plástico negro piano que dura limpio y sin rayones el día que estrenas el coche y nunca más. Ah, y por fortuna en el restyling ha desaparecido también el reloj digital que nos recordaba a los Casio de los años 80. En cuanto a calidades y ajustes, salvo lo ya comentado de la pantalla no admiten ninguna crítica, con bastantes zonas blandas y bien ajustadas.
En las plazas delanteras no hay problema de espacio (el asiento podría ser un poquito más grande), y la postura de conducción adecuada se consigue con facilidad (además no tenemos que pisar ningún embrague), siendo más elevada que en un turismo pero sin parecer que vamos en una furgoneta. La visibilidad sí que queda algo más comprometida por los anchos pilares delanteros, la pequeña y tendida luneta trasera y los gruesos pilares C, aunque no es nada alarmante y además disponemos de todos los sensores y cámaras del mundo para ayudarnos al conducir y aparcar.
Las plazas traseras ya son otra cosa, y es que a pesar de ser un SUV compacto (de los pequeños, con sus 4,39 metros, pero SUV compacto) está pensado básicamente para parejas. Ni por anchura, ni por altura ni por espacio para las piernas destaca (sin ser tampoco enano), además las puertas llevan un gran trozo de plástico tras las ventanillas que dificultan la visión al exterior de los ocupantes traseros y que dan sensación de que estas plazas son todavía más pequeñas. El maletero, con sus 377 litros, tampoco destaca ni entre los SUV ni entre los modelos convencionales del segmento C. Está claro que ha primado el diseño a la funcionalidad.
En marcha
Es un SUV (lo que equivale a más alto) y es híbrido con caja automática de variador continuo CVT, por lo que no esperes un coche dinámico en absoluto. Es una pena puesto que su sugerente línea parece que nos invita a conducir "más ligeros", pero nada más lejos de la realidad. En carreteras amplias y autopistas es un coche con suspensiones blandas y cómodas, pero en carreteras de curvas es un coche torpe y que te dice al momento que no le gusta ese sitio por el que lo estás llevando. La caja CVT tampoco ayuda, revolucionando el coche más de la cuenta sin que la aceleración varíe en esa misma proporción. Incluso es extraño su funcionamiento en retención, porque no va bajando las revoluciones tampoco al bajar la velocidad sino que hay que dar un pequeño acelerón para que la caja reaccione. A ver, si quieres ir un día a la sierra pues bien, pero si tu hábitat natural es la montaña recomiendo que pruebes antes el coche para ver si es lo que realmente quieres y/o necesitas. Al menos la dirección sí es buena y bastante informativa.
En cambio en ciudad y alrededores es una maravilla, el cambio es muy suave y la ayuda del motor eléctrico se nota y mucho, siendo un coche muy silencioso en ciudad y con una buena salida en los primeros metros. Además, su consumo es incluso mejor en estos lugares que en autopistas, siendo bajo igualmente en estas últimas (haciendo un uso normal con muy poca ciudad y parte de montaña hemos obtenido 5,49 litros cada 100 km, lo que es muy buen dato). Eso sí, no olvidemos que tiene 122 CV por lo que no es precisamente una bala.
Equipamiento y precio
Como ya hemos dicho, ahora mismo se vende un ligero restyling de este modelo, que implica ligeros cambios estéticos pero también de equipamiento. Actualmente un C-HR 1.8 125H Advance cuesta desde 26000 euros según configurador.
Su equipamiento principal incluye llantas de aleación de 18 pulgadas, cristales traseros oscurecidos, alerta de tráfico trasero, detector de ángulo muerto, freno de estacionamiento eléctrico, acceso y arranque sin llave, sensores de lluvia y luz, climatizador bizona, sensores de aparcamiento delanteros y traseros y cámara trasera, control de crucero adaptativo, alerta de cambio de carril, faros led y pantalla central de 8 pulgadas con Android Auto y Apple CarPlay.
Entre sus opciones hay distintos tipos de llantas (a partir de 1200 euros), opciones de color para carcasas de retrovisores y embellecedores exteriores, navegador (850 €), packs Urban/SUV/Sport (desde 800 €), pack Advance Plus (antinieblas led, pilotos traseros led, faros direccionales, equipo de audio JBL y aparcamiento automático por 1800 €) o pinturas metalizadas y perladas (desde 550 €).
Conclusión
Es un coche que entra por los ojos y que está a la moda: es SUV, es híbrido (lo que proporciona además la pegatina Eco de la DGT), gasta poco y es precioso. Muchos ingredientes para triunfar, como así está siendo en nuestro país. La habitabilidad no es su punto fuerte y en carreteras reviradas es algo torpe y ruidoso, por lo que si te gusta conducir rápido en esas situaciones quizás no sea tu modelo ideal (no sé si alguno con caja CVT lo será). Pero es una alegría ver que Toyota se ha empezado a atrever con modelos que estéticamente nos dicen algo al mirarlos.
- Destacable: estética, consumo bajo.
- Mejorable: plazas traseras, funcionamiento de la caja CVT.
El resto de las fotos, aquí.
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