Hoy os traemos la prueba del simpático B-SUV de Citroën, el C3 Aircross, en su versión de gasolina de potencia intermedia (110 CV) y acabado intermedio Feel.
Por fuera
Empezamos con una gran virtud de este modelo, y es su estética. Es un modelo que no sólo está totalmente a la moda SUV actual (un capó horizontal con un morro alto, el falso cubrecárter y las barras de techo dejan bien claro a qué segmento pertenece), sino que su gama de colores y sus opciones de personalización hacen que puedas diseñarte un modelo casi único (aunque luego en el apartado "equipamiento y precio" matizaremos esto último), y eso entra por los ojos.
Su frontal está en línea con los últimos productos de Citroën, con una "ceja" formada al estirar el logotipo de la marca y que incorpora las luces led diurnas, por encima de unos grandes faros que incorporan todas las funciones (y que por desgracia son solamente halógenos y alumbran más bien poco). El lateral es bastante limpio, incorporando algunos pliegues en las puertas para jugar con la luz, y teniendo también los obligatorios pasos de rueda en color negro. Curioso que no incorpore los ya famosos "airbumps" (y que sí los lleven modelos no SUV como el propio C3). La trasera, muy vertical, incorpora unos pilotos de diseño similar a los del C3 y que así nos recuerdan que ambos modelos están emparentados. Una línea muy agradable y sin estridencias, que será del agrado de (casi) todo el mundo.
Por dentro
El diseño interior es agradable también, aunque la pantalla central está demasiado baja (nos la tapamos con el brazo al conducir) y aglutina demasiadas funciones (no hay mandos físicos de la climatización, lo cual nos parece un gran error). Los plásticos empleados son todos duros y no transmiten gran sensación de calidad, pero cumplen y no están mal ajustados. Bajo la pantalla hay dos huecos de tamaño extraño y sin ningún tipo de material antideslizante, por lo que son poco útiles. Pero hay que decir también que algunas zonas son personalizables, y con ciertos toques de color la impresión mejora notablemente.
La postura de conducción es alta, se nota que es un SUV, y eso nos otorga una buena visión del tráfico al circular (precisamente es lo que buscan muchos compradores de este tipo de vehículos). La gran superficie acristalada y unos retrovisores de buen tamaño ayudan además a ello. Los mandos se encuentran a mano y son fáciles de accionar (salvo la ya mencionada pantalla central), y los mandos del volante están en una posición lógica y fácil de aprender (eso sí, el mando satélite del control de crucero lleva ya muchos años siendo parte de PSA). Los asientos son grandes y cómodos, aptos para todas las tallas, aunque su sujeción lateral es nula. La palanca del cambio tiene además recorridos muy largos (para insertar la quinta tenemos que despegarnos del asiento) y el pomo tiene una forma extraña y poco ergonómica.
En la parte trasera hay también mucho espacio, especialmente para la cabeza, además la banqueta regulable ofrece mucha modularidad (podemos regularla en dos partes asimétricas además), y el maletero es también muy grande para un coche de este tamaño (410 litros como mínimo, ampliables hasta 520 situando el suelo en la posición baja y adelantando los asientos traseros). Por tanto, cumple muy bien como coche familiar (incluso como coche único), además al estar el asiento trasero alto es muy fácil colocar un niño en su silla, por ejemplo.
En marcha
Está claro que quien se compra un coche así no tiene pensado salir a hacer curvas los domingos, ¿verdad? Porque si es así, se equivocará totalmente al comprarlo. Los asientos son cómodos pero no sujetan nada en las curvas, y la suspensión es blanda también (como buen Citroën), lo cual es genial en viajes largos por autopista o carreteras buenas y en ciudad, pero hace al coche algo torpe en carreteras de curvas si se va a buen ritmo (pero tampoco inseguro, ojo; simplemente no es donde más cómodo se encuentra). Sobre todo es ideal en ciudad y alrededores, ya que su pequeño tamaño hace que podamos colarnos en todos los huecos, y la ya mencionada blanda suspensión hace que notemos poco los pasos de peatones elevados, los guardias tumbados o las tapas de alcantarilla mal enrasadas.
El motor es ágil pero está poco aislado, y sus perceptibles vibraciones y su sonido nos recuerdan que estamos ante un tricilíndrico. En cuanto a su respuesta no hay queja, sus 110 CV cunden bastante y aunque las últimas relaciones del cambio son algo largas, el motor puede con ellas y eso ayuda a bajar algo el consumo, y si necesitamos más respuesta siempre podemos reducir una o dos marchas y hacer funcionar al turno a su régimen óptimo. En cuanto al consumo, hemos obtenido una media de 7,05 litros cada 100 km, que no es bajo (aunque la prueba se ha hecho en Menorca, que tiene pocas zonas llanas pero tampoco tiene apenas grandes repechos, aunque tiene muchas carreteras estrechas en las que hay que ir despacio y en marchas intermedias).
Equipamiento y precio
A fecha de hoy, esta versión no aparece como tal en el configurador (es un Feel con el Pack Feel, que incluye el climatizador, el navegador y las llantas de aleación de 16 pulgadas). Lo más parecido a esta versión actualmente es el Shine, que tiene un precio base de 20750 euros según configurador. Entre su equipamiento principal destaca el climatizador automático, sistema de navegación, faros antiniebla, 4 elevalunas eléctricos, regulador y limitador de velocidad, retrovisores plegables en color negro, llantas de aleación de 16 pulgadas, "pack look SUV" (protectores delantero y trasero en color Gris Anthra), reconocimiento de señales, alerta de cambio involuntario de carril, sensor de luces, maletero con doble fondo, banqueta trasera regulable, barras de techo en color negro, pintura exterior "Gris Acero" o sensores de aparcamiento traseros.
Como únicas opciones aparecen la pintura blanca (200 €) o metalizada (450 €), el techo bitono (blanco o negro, por 400 €) y la "armonía interior Rojo Urban" (300 €). Todas las opciones "cuquis" han desaparecido (las líneas laterales y las barras de techo de color, o el techo bitono en naranja por ejemplo, así como el control de descensos o las llantas de 17 pulgadas...) excepto la mencionada armonía interior en rojo (que incluye otra tapicería con decoración roja y decoraciones rojas en los aireadores del salpicadero y el volante). No sabemos si será un error del configurador, o que efectivamente se han reducido (y mucho) las opciones disponibles.
Conclusión
Un modelo bonito, personalizable, con buen maletero y en uno de los segmentos que más está creciendo, el de los B-SUV. Y además de fabricación española. ¡Lo tiene todo para triunfar! (De hecho, está en el octavo puesto en su segmento en España). Eso sí, los plásticos interiores son mejorables, el motor tricilíndrico se deja notar y en carretera no es el que mejor va. Su precio no es bajo tampoco en comparación con sus rivales (por ese precio, el Captur por ejemplo nos parece mejor compra), pero navegando un poco por las webs del motor vemos unidades similares a estrenar por unos 17500 euros, que ya es un precio mucho más razonable. Eso sí, su mayor rival lo tiene en casa, y es que su primo hermano el Crossland que ya probamos hace unos meses (ambos son un desarrollo conjunto y salen de la misma fábrica) tiene todas sus virtudes y su acabado interior es mejor, aunque estéticamente sea más sosillo... cuestión de gustos.
- Destacable: posibilidades de personalización, capacidad del maletero, versatilidad, diseño agradable.
- Mejorable: materiales del interior, motor poco refinado, suspensión blanda, pantalla central con demasiadas funciones.
El resto de las fotos, aquí.
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