Y es que es exactamente eso, un Picanto con ciertos toques para asemejar su aspecto a los tan de moda SUVs. Para ello, incorpora nuevos parachoques delantero y trasero, con una parte metálica que simula un cubrecárter, además de detalles de la parrilla y bordes de los antinieblas delanteros en color verde lima, y pasos de rueda y molduras laterales en plástico negro. Las llantas de aleación son específicas y de 16 pulgadas, y la altura libre al suelo crece hasta los 156 mm (15 mm más que en el resto de versiones).
Por dentro, nuevas opciones de color para las molduras decorativas y pespuntes en verde lima en volante y palanca de cambios son las novedades, junto al volante achatado. Incorpora además pedales de aluminio, acceso sin llave, luces diurnas y antinieblas led, sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 7 pulgadas compatible con Android Auto y Apple CarPlay, cámara de visión trasera, cargador inalámbrico para móviles, puerto USB y antena de tipo aleta de tiburón.
En cuanto a la motorización, este X-Line estrena en la gama Picanto el motor 1.0 T-GDI de 100 CV (ya presente en otros modelos mayores de Kia), que también se incorporará a la versión GT-Line. Con él, alcanza los 100 km/h en 10,1 segundos y ofrece 172 Nm de par, siendo así el Picanto más potente que ha ofrecido nunca la marca. Se presenta en el inminente Salón de Frankfurt, y se pondrá a la venta a comienzos del último trimestre de este año.
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