En el exterior se podía contemplar la gama actual de Alfa casi al completo: un Giulietta, dos MiTo (uno normal y uno QV), un precioso 4C Spider y varias unidades de la gran novedad, el Giulia (incluyendo un QV).
Dentro de la torre de control, y mientras esperamos a que nos den las explicaciones pertinentes, un pequeño aperitivo mientras observamos un precioso clásico.
Después, unas breves explicaciones sobre el circuito, y unos cuantos detalles del modelo estrella, el que habíamos ido a probar: el nuevo Giulia. Un modelo no demasiado pesado (1446 kg), con un coeficiente aerodinámico muy bueno (Cx de 0,25), el mejor radio de giro de su categoría (10,8 metros, pero claro, también hay que tener en cuenta que este coche es el más corto de todos en longitud exterior en el segmento), y una gama compuesta por la versión QV de gasolina y por dos diésel 2.2 litros en potencias de 150 y 180 CV (la versión de 136 CV ni la mencionaron, y se nos dijo también que antes de fin de año se ampliará la gama de gasolina).
Hicimos dos pruebas: un slalom entre conos para comprobar la respuesta de la dirección (que no llega a excelente como nos dijeron, porque para mi gusto le sobra un pelín de asistencia, pero le da mil vueltas a cualquiera de las que he probado del grupo VAG), y dos vueltas al circuito para comprobar su comportamiento a buen ritmo.
Para el circuito me tocó una unidad manual con el motor diésel de 180 CV. ¿Qué decir? Que va de cine, ¡no se me ocurre otro calificativo! El motor tiene buena respuesta (aunque esperaba algo más para esa potencia, la verdad; puede que le faltara rodaje... o que sea así), y el chasis es sin duda lo mejor del coche: el reparto de pesos 50/50, la dirección bastante directa y la propulsión trasera ayudan (y las ayudas electrónicas también, claro). En las curvas va sobre raíles, exactamente por donde le pides. Realmente notas lo que hay bajo las ruedas y la adherencia en cada momento, el ESP no tiene que trabajar salvo que realmente sea necesario, no es para nada intrusivo. Y el cambio, con buen tacto y recorridos muy cortos, es una delicia.
Pero hay dos cosas que no me gustaron. La primera, la tapicería (que no sé si era de cuero de verdad o sintético), que resbala demasiado; tiene fácil arreglo, y es dejarlo con la de tela. La segunda, los frenos; la potencia de frenado es impresionante, ¡frena muchísimo! Pero no sé si es que el pedal tiene poco recorrido, o que el sistema tiene demasiada asistencia, pero el resultado es que es difícil modular la frenada, y en cuanto haces una medio fuerte salta el ABS. Supongo que una vez que lo tengas y te acostumbres ya lo harás mejor, pero así para un primer contacto siempre frenas más de lo que querrías.
Del resto poco puedo decir, ya que no teníamos tiempo de toquetear. En parado ya pude verlo y sobarlo en el pasado Madrid Auto 2016 y me dejó buen sabor de boca: el espacio interior es amplio, el maletero también es más que suficiente, y los ajustes se percibían muy buenos. El puesto de conducción es quizá un poco agobiante porque se va muy bajito y hay muchos mandos alrededor, pero eso ya va en gustos.
En resumen, y a falta de una toma de contacto más larga (que espero poder tener), puedo afirmar que Alfa ha vuelto al segmento D por la puerta grande. Es bonito (más al natural que en fotos), es suficientemente amplio, y va muy bien en carretera. ¿El precio? Alto (según el configurador de la web de Alfa, esta versión cuesta 37850 €, que no es poco), y el equipamiento correcto pero con lagunas (hay que pagar por el retrovisor fotosensible o los faros de xenón, que no los hay de ledes). Ahora sólo falta que los compradores valoren si vale lo que cuesta, que es más o menos lo mismo que un Serie 3, el rival al que apunta y al que ataca sin complejos.
El resto de las fotos, aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Un blog sin opiniones no es nada, así que deja la tuya. ¡Gracias!